La frontera entre España y el norte de África está cerca una de la otra. Por eso, en el pasado fue fácil para personas de Argelia, Marruecos y Túnez cruzar la frontera sin dificultad y tener contacto directo con la otra orilla del Mediterráneo. Ambas orillas del mismo mar Mediterráneo, más del espacio geográfico contiguo, les unieron un pasado que asila entre relaciones de amistad y otras de guerras y combates. Ha existido un legado cultural común entre los dos pueblos sea en la historia como en la lingüística, la gastronomía, la música, la literatura y otros campos en los cuales las huellas árabes y españolas quedarán un testimonio eterno de dichas relaciones.  Evidentemente, este pasado común tiene importancia por sí mismo, tanto más si llegamos en acercarnos más y fundar puentes de investigación rigurosa para explorar más y enriquecer este contacto cultural.